ESPACIO LIBROS


fotos inauguracio expo amat 1624.09 – 30.12.2020

Exposición de Frederic Amat
A cargo de Vicenç Altaió

Apertura de la exposición, viernes 24 de septiembre a las 19 h
en ACVIC Centre d'Arts Contemporànies

Exposición Obra Negra de Frederic Amat
27.11.2020 – 24.01.2021
a L’albergueria (carrer de l’Albergueria, 1 Vic)

Apertura de la exposición, jueves 26 de noviembre a las 19 h

[+ info exposición L'Albergueria]

LA ESCRITURA DE LO POÉTICO EN LOS LIBROS DE AMAT

“He salido a media noche. Los que le aguardan son tinta.  Por eso escriben los caminos; son cueva.”
Ramón Andrés

Por primera vez vemos reunidos los libros de Frederic Amat, un largo itinerario iluminado que nos permite captar parte de los núcleos por dónde ha transitado la búsqueda de su escritura visual y la afinidad electiva con los otros “poetas”, coetáneos, de siempre y de diversas culturas del mundo.

El primer testimonio de esta relación es el dibujo para la cubierta de la plaquette “Tots hi serem al Port amb la Desconeguda”, fin de año de 1973, con el cual J.V. Foix, investigador en poesía y amigo de las artes, saludaba a los amigos a sus ochenta años. Así el poeta de la primera vanguardia, como había hecho con Miró y Dalí, y más tarde con Tàpies y Ponç, ofreció el espacio renovador de una cultura filológica y de estética avanzada a un joven artista de veinte años. Después fue él, Amat, quien invitó a Joan Brossa, de la segunda vanguardia, explorador de la poesía visual, la poesía escénica y las artes parateatrales, en su primer libro, una caja de magia excepcional, “Llibre de Pluja”: las serigrafías ejercen de telón para las acciones. Desde entonces, los encuentros y hermanamientos singulares con textos de otros han quedado cosificados en ediciones que trazan la biografía intelectual del artista. De hecho se trata de traspasos de un lector del mundo y de libros de su selección significante al autor que destila lo que le es dado hasta crear, de nuevo, una escritura visual que es también poesía y germinación.

Aunque no deberíamos diferenciar del conjunto los libros en gran formato de los pequeños libros, hemos construido la “cueva” poniendo en las paredes los Libros de artista mayores, obra gráfica que extraída de las carpetas iba acompañada de un texto literario paralelo y de referencia. Encima de las mesas, y no con menos significación, hemos puesto cubiertas y páginas abiertas de Libros de artista, compendios del archivo visual en formato libro que recogen y memorializan experiencias para-artísticas, protoliterarias, cinematográficas, teatrales y que realizan una exploración gráfica equivalente a su investigación plástica. En el último muro, de los Libros ilustrados que han provocado centenares de dibujos evocativos de antiguas escrituras y civilizaciones hemos creado un mosaico derivado de la obra “Las mil y una noches”, y cerramos la exposición con unos originales resultantes de “La Odisea” de Homero, como quien avanza al mundo moderno de la edición como hace la literatura, retrocediendo hasta nuestros clásicos- Hemos dejado de lado, por espacio, con algunas pocas excepciones, obras para cubiertas de Libros o revistas del sistema editorial industrial.

Amat, con la misma libertad de su arte, que va del dibujo y el collage al celuloide pintado y a la cerámica golpeada, y del dibujo en papel a dibujar en el espacio teatral, se sirve de todas las técnicas de reproducción: de las clásicas calcografías en aguafuerte y xilografía a las tintas planas en serigrafía, el offset industrial, la fotocopia o la impresión digital. Los libros de Frederic Amat, que es antes que nada un conocedor como pocos de las aportaciones y colaboraciones primordiales entre artistas y poetas y editores de libros de arte, son la obra de un investigador del impacto poético visual. También, desde principios del siglo XXI, con la estrecha aportación de Estela Robles, su compañera, los libros de Frederic Amat han visto potenciar los aspectos innovadores y tradicionales, artesanales e industriales, que el diseño gráfico aporta a través de ambos creadores al mundo del libro y del libro de arte.

Hay una escritura indescifrable en el universo que la ciencia traduce en signos, fórmulas, imágenes y sistemas. De la misma manera los humanos hemos establecido un código lingüístico técnico, práctico y de gran eficacia comunicativa que traspasa la oralidad semántica del aire, poblada de infinitud de matices silábicos: una escritura que cuando pierde su función de inmediatez funcional renace gracias al arte como escritura de lo sensible para el ojo y la mente. Eso hace Amat: hace renacer la escritura.

La combinación y el rito, la coloración, la distribución espacial, la prolongación del gesto, la acción, la circunstancia temporal y la localización son pasos en la construcción dinámica del lenguaje verbal y corporal, tanto como lo son en la fijeza de la escritura en lo visual. Una escritura que, personalizada por el yo lírico, en este caso por Frederic Amat, experimenta allá y acá, en una ruptura de códigos y límites para ganar otra expresión inédita, subjetiva y universal, y volver hacia el origen fundador del lenguaje así como a su proyección infinita. Es en este punto donde un cierto arte y una poesía se encuentran con un impulso de libertad mayestático. Es cuando desde un grado cero, cargado de todas las escrituras (de civilizaciones y lenguas, de memoria y de rupturas), el arte se convierte en poesía de por sí. Esta es la aportación superior que hace Frederic Amat, como se evidencia en esta exposición: traspasar la lectura de la escritura de los otros a acción refundadora de la escritura visual.

La poesía, entendida a medio camino entre la textualidad formal y la textualidad experimental, así como una vocación de vida, es en el centro del arte de Amat. Un arte que se empapa del impulso evocativo del poema cuando este se ha desprendido de su contenido para ser escrito de nuevo en experiencia y otra vida. El arte de los libros de Amat, pues, no ilustra, no vislumbra, como tampoco no deconstruye, sino que funda aquello que es propio de la poesía: la búsqueda de lo esencial prelingüístico. Así, cada uno, solo -Amat-, es una civilización y una cultura. Eso han intentado, también, aquellos otros artistas a los cuales Amat se vincula: J. V. Foix i Octavio Paz; Lorca y Joan Brossa y Arrabal; Juan Benet, Cabrera Infante y Juan Goytisolo; John Cage, Bob Wilson; Ferlinguetti; Ida Vitale; Mark Strand; Brines, Altaió y Argullol... y tal y tanto.

Por el principio, del punto la línea y la palabra en el gesto, y la frase como espacio de espacios en el plano. Todo es ritmo y acento, pausa y aparición repentina. La historia nace entre la mancha y el silencio. El lugar en el que se performa la acción es el tiempo de la escritura y el lugar en el que se perpetúa su dinamismo es en el espacio del libro, su cueva y arquitectura.

Vicenç Altaió



Frederic Amat 
(Barcelona, 1952). El trabajo de Frederic Amat desafía una única forma de categorización. Su obra ha sido expuesta y publicada en todo el mundo. Su concepción abierta de la pintura le ha llevado a integrar en su trabajo creativo múltiples lenguajes artísticos.

Ha realizado escenografías para la danza y el teatro a partir de textos de García Lorca, Beckett, Juan Goytisolo, Koltès y Octavio Paz… Asimismo ha dirigido y conformado los espacios escénicos de los oratorios Oedipus Rex de Stravinsky / Cocteau, Maddalena ai piedi di Cristo de Caldara, el Sombrero de tres picos de Falla y de la ópera El viaje a Simorgh de Sánchez Verdú. También ha ilustrado diversas obras literarias como Las mil y una nochesLa Odisea Seven Days de Mark Strand, con Bob Wilson.

En sus intervenciones en espacios arquitectónicos ha desarrollado proyectos que combinan pintura, escultura y cerámica: El mural de les ollesVillanurbsPluja de sang Mur d’ulls, entre otros. En la misma dirección plural, ha extendido la pintura al ámbito de la cinematografía en películas como el único guion cinematográfico de Lorca Viaje a la lunaFoc al càntir de Joan Brossa, El aullido, con guion de Cabrera Infante, Danse noireDeu dits

Vicenç Altaió (1954), poeta, ensayista, articulista de opinión, editor, agitador cultural y traficante de ideas. 

Impulsó las revistas Tarotdequinze, Èczema, Àrtics y Cave Canis.Fue director del KRTU (Cultura, Recerca, Tecnologia, Universals) y de Arts Santa Mònica (Artes, Ciencia, Pensamiento y Comunicación).

Ha sido comisario de numerosas exposiciones de tema artístico, literario y científico. Últimamente ha publicado Miró i els poetes catalans. Hizo el papel de Casanova en el film Història de la meva mort, de Albert Serra. 

Al acecho de las oscilaciones estéticas y las aportaciones del pensamiento crítico y científico, ha ido construyendo una obra bien personal. De entre sus libros destacan los 10 volúmenes de la serie "Tràfic d’idees" y la poesía, recogida en Massa fosca (Poesia 1978-2004) y continuada en Santa Follia de Ser CànticRadicals lliures. En Vicenç Altaió, els ulls fèrtils. Llibres amb artistes i un traficant d’ideesse recogieron 27 libros de artista.



ENTREVISTA A FREDERIC AMAT Y VICENÇ ALTAIÓ:



Fotografía: Historia Naturae, 2011. © Frederic Amat, VEGAP, Barcelona, 2020. Fotografía de Xavi Campmany



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